jueves, 14 de julio de 2011

Informe del Observatorio Joven de Vivienda en España ( OBJOVI) para el 4º trimestre del 2010

2 comentarios
 
Os dejo el resumen de un informe muy interesante que elabora cada año el OBJOVI sobre el estado de la vivienda en España y de las dificultades que tenemos los jóvenes para poder emanciparnos. Como opinión destacaría que cada vez aumenta más la dependencia que tenemos los jóvenes de las empresas y sus ofertas de trabajo para poder independizarnos y tener nuestra propia vida. Los datos dan miedo, y es que un 43,5% de las personas jóvenes en España está desempleada o es inactiva, de manera que resulta casi una utopía aspirar a comprar o alquilar cualquier tipo de vivienda.

Es triste admitirlo pero es la nueva esclavitud del siglo XXI y del sistema capitalista de hoy en día. Para más información: http://www.cje.org/C14/C6/OBJOVI/default.aspx

Fuente: Consejo de la Juventud de España

Emancipación 

En comparación con los tres primeros trimestres del año, el 2010 concluye con una detención en la progresiva caída que estaba registrando la tasa de emancipación domiciliaria2 de la población joven en España. En efecto, entre el tercer y el cuarto trimestre de 2010 el porcentaje de personas jóvenes que han logrado abandonar su hogar de origen se ha mantenido en el 45,6%. No existen suficientes evidencias para  afirmar  si  se  trata  verdaderamente  de  un  cambio  de  tendencia  o,  de  lo contrario, de un fenómeno coyuntural. Cualquiera que sea la disyuntiva, las cifras actuales de autonomía residencial3  de la población joven en España dibujan un escenario muy distinto al de uno o dos años atrás. 

En primer lugar, porque la tasa de emancipación de los y las jóvenes ha dejado de aumentar de manera suave pero continua, tal y como lo había hecho desde 2003. Desde el cuarto trimestre de 2009, la población joven emancipada en España, que empezó a descender un año más tarde que el total de personas jóvenes, está acumulando caídas interanuales superiores a las que cabría esperar si hubiera seguido una evolución paralela a la del conjunto de la población joven. 

En segundo lugar, otro elemento distintivo de las pautas residenciales de los y las jóvenes hoy en día es que el retraso en la edad de emancipación no está siendo generalizado. Desde el cuarto trimestre de 2008, la tasa de emancipación entre las personas jóvenes de 30 a 34 años ha llegado incluso a experimentar un leve incremento, del 0,87%, cuando entre los y las jóvenes de 18 a 24 años se ha reducido un 20,53% y, entre los y las jóvenes de 25 a 29 años, un 2,62%.

Población joven y trabajo

Cuando parecía que el segundo y el tercer trimestre de 2010 podían haber marcado un punto de inflexión en el exponencial crecimiento del desempleo entre la población joven, el cuarto trimestre ha servido para constatar que la estabilización que se produjo entonces en la tasa de paro se debió únicamente a las actividades estacionales vinculadas a la temporada estival. El año 2010 se cierra con la tasa de paro de la población joven más elevada de los últimos años, del 27,1%, y de hasta el 41,9% entre las personas jóvenes menores de 25 años. Este intenso repunte se ha fundamentado en dos procesos simultáneos:

El incremento del paro en términos absolutos a lo largo del último trimestre (1,31%) que, aún siendo mucho menos abultado que el ocurrido entre la población de 35 a 64 años (4,39%), ha roto con los descensos consecutivos del segundo y el tercer trimestre y no ha alterado el importante peso específico de la población joven en las múltiples casuísticas que incluye el desempleo. De las 4.693.422 de 16 a 64 años que, según la EPA, se encuentran en el paro en España, el 47,6% son jóvenes y su tasa de paro supera en más de un 60% la de las personas con 35 años ó más (Tabla I).

 El avance trimestral del paro entre los y las jóvenes se ha localizado especialmente en Asturias, Aragón, Balears y Cantabria, con ritmos de crecimiento que han superado el 10%, mientras que en Andalucía, Canarias, Castilla y León, Ceuta y Melilla, Madrid y Navarra el desempleo se ha reducido, hasta un máximo del 16,21% en Navarra.

La menor cantidad de personas jóvenes activas, oficialmente definidas como aquéllas que “suministran mano de obra para la producción de bienes y servicios económicos o que están disponibles y hacen gestiones para incorporarse a dicha producción”5. Si disminuye la población activa y, paralelamente, la población desempleada se mantiene o va en aumento, el resultado final es una mayor tasa de paro. A la inversa, la tasa de paro podría estar recogiendo sencillamente la existencia de una incorporación masiva al mercado laboral de personas que no habían trabajado con anterioridad y que todavía no han encontrado un empleo.

Esta divergencia refleja que, frente a las pésimas expectativas laborales y a la imposibilidad de mantenerse en el puesto de trabajo6, muchas personas jóvenes han optado o no han tenido más remedio que “apartarse” del mundo laboral. La estrategia mayoritaria ha consistido en invertir el tiempo ampliando y reforzando el nivel de estudios, a la vista que el desempleo es mucho más probable cuando menor es la formación alcanzada (Gráfico II).


 
Población joven y vivienda

La capacidad global de los y las jóvenes para dotarse de una cierta autosuficiencia económica es cada vez más reducida debido, entre otras razones, a las dificultades para encontrar un empleo o por estar realizando algún tipo de formación a tiempo completo sin ninguna contraprestación económica. El 43,5% de las personas jóvenes en España, al no estar trabajando, no percibe salario alguno, y en el 13,4% de todos los hogares jóvenes no hay ninguna persona ocupada. 

Ambos porcentajes, a finales de 2008, eren del 35,4% y del 9,5%, respectivamente y reflejan la relevancia de dos problemáticas específicas: por un lado, la inviabilidad de iniciar cualquier cambio de residencia con los recursos propios y, por otro lado, las dificultades para hacer frente al pago regular de los alquileres o las cuotas hipotecarias por las viviendas efectivamente ocupadas que, dada la incorporación más reciente de las personas jóvenes dentro del circuito inmobiliario, suelen ser más gravosos de los que asumen el resto de los hogares. 

A la ausencia de fuentes de ingresos salariales, debe añadirse el hecho de que la remuneración salarial de las personas ocupadas está perdiendo poder adquisitivo, tanto en relación al Índice de Precios al Consumo (IPC) como en cuantía absoluta. Eliminando los efectos estacionales, la Encuesta Trimestral de Coste Laboral (ETCL) del INE del cuarto trimestre de 2010 arroja una estabilización del coste salarial en el conjunto de España y suaves descensos trimestrales, por debajo del 1%, en Andalucía, Aragón, Asturias, Canarias, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura y Madrid. En el caso específico de las personas jóvenes, las consecuencias de la moderación salarial son más severas, puesto que, recogiendo la precariedad en las condiciones de empleo y trabajo y la sobrepresentación en sectores de trabajo que exigen menor calificación, el salario medio de una persona joven en España es considerablemente inferior al del conjunto de la población asalariada: de 17.145,81 euros anuales si están emancipadas y de 13.804,70 euros anuales si no lo están. El débil poder adquisitivo de la mayoría de personas jóvenes, el colectivo que integra el grueso de las necesidades de primera vivienda, es uno de los múltiples obstáculos con los que topan cuando se plantean abandonar el hogar de origen.

Detener el análisis de la emancipación residencial exclusivamente en el mercado de compraventa significaría excluir todas aquellas alternativas que no implican el recurso a la financiación hipotecaria. De todas ellas, el alquiler de una vivienda libre es una de las más habituales. Según la Encuesta de Presupuestos Familiares de 2009 del INE, el 36,5% de todos los hogares jóvenes existentes en España vive en régimen de alquiler, cifra que ha ido en aumento con el paso del tiempo. Económicamente, la renta media de una vivienda libre en España, de 626,07 euros mensuales, equivale al 48,2% del salario neto de una persona joven. No parece, a simple vista, una sustancial ventaja con respecto al coste de acceso al mercado de la vivienda en propiedad, que asciende al 51,9% del sueldo neto que percibe una persona joven asalariada. No obstante, el recurso por una vivienda libre implica un compromiso económico menos dilatado, permite una mayor flexibilidad en las fórmulas de aval y comprobación de ingresos, y está más sujeto a la correlación de fuerzas en el proceso de negociación entre la propiedad, los agentes inmobiliarios y las personas arrendatarias. En contrapartida, la oferta de viviendas en alquiler, principalmente concentrada en las grandes ciudades, no siempre reúne los requisitos mínimos de accesibilidad, habitabilidad, servicios o equipamientos disponibles. Asimismo, el mercado de alquiler es menos transparente que el de compraventa, de modo que es más frecuente detectar prácticas discriminatorias hacia ciertos colectivos y una mayor variabilidad en función del capital social y relacional de los actores

2 Responses so far.

  1. Anónimo says:

    Esta es la realidad que nos toca vivir,(una pena)¿en qué momento iremos a mejor con estas tasas tan altas de paro juvenil? Como muchos me toca quedarme con mis padres hasta que llegue un mundo mejor.

    Muy interesante el artículo, está super currado como los anteriores, sigue con tu blog eh? que es muy bueno.

  2. Miguel says:

    lo que es todavía más triste es que nuestro nivel de vida a los 30 años equivale al de un recién licenciado de 22 años que ha encontrado su primer trabajo. Si no fuese por el sol y lo bien que se come en España no quedaría nadie en este país

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