viernes, 22 de julio de 2011

Másters en tiempos de crisis

0 comentarios
 
Se dice que en tiempos de crisis siempre están las mejores oportunidades, y quién mejor para saberlo que las Universidades y las Escuelas de Negocio españolas que han encontrado en la formación de posgrado un nicho de mercado muy rentable en el contexto económico actual.

Mientras las PYMES y multinacionales españolas presentan números rojos año tras años desde que estalló la crisis en 2008, con continuos ajustes de plantilla y dificultades titánicas para acceder al crédito, todo lo contrario está sucediendo en el mercado de la formación universitaria y pos universitaria. El boom del sector ha llevado la necesidad por parte del gobierno de regular la oferta de estos másters, que en 2010 fue de 2.429 titulaciones, con un sello de calidad que permita distinguir a aquellas universidades que apuestan por la excelencia y la calidad formativa, creando una especie de universidades de  “primera” y de “segunda”

Otro objetivo tanto de las universidades públicas como privadas es internacionalizarse, posicionarse como universidades globales y de primer nivel  para atraer a más estudiantes extranjeros, sobre todo de zonas emergentes como  India o China donde existe una incipiente demanda de educación superior.  Además, también se pretende reducir la fuerte dependencia existente con los países latinoamericanos, de donde provienen más del 60% de los alumnos extranjeros matriculados en España.

La creciente expansión y especialización de másters en España no se entendería sin un aumento espectacular de la demanda. Tan solo el año pasado se matricularon alrededor de 100.000 alumnos de posgrado, un incremento del 109% respecto al año anterior. En mi opinión cuanta más dificultad tenemos los ciudadanos por encontrar empleo más tendemos a formarnos y reciclarnos para conseguir, lo que muchas veces es una utopía, un trabajo mejor. Y eso se está viendo claramente con el número de personas que hoy en día tienen titulación de posgrado, o están en camino, y el número que había a principios de siglo cuando había trabajo para todos y bien remunerado.

En un futuro no muy lejano podemos encontrarnos con dos tipos de riesgos: 

Por un lado la sobreformación de muchos trabajadores saturará la oferta laboral para puestos de similares características, aumentando la competencia y por ende reduciendo los salarios que se ofrecen.  Como resultado puede llegar la frustración para muchos jóvenes, después de tantos años y dinero invertido en su educación, viendo que su situación no presenta ninguna atisbo de mejora en un futuro próximo.

Relacionado con el último punto existe otro riesgo, en este caso para el país, y es la emigración de jóvenes formados y preparados al extranjero en busca de mejores oportunidades, donde se sientan más valorados y donde puedan tener una perspectiva tanto profesional como personal más optimista.El problema para España en el caso de fuga de capital humano sería doble, por un lado estaría asumiendo un coste por la formación de todos los titulados superiores que luego no se vería revertido en la propia sociedad, y segundo el descenso de mano de obra cualificada, entrando al país inmigrantes sin formación y saliendo españoles formados, que repercutiría claramente en la productividad de las empresas españolas.

España necesita claramente apostar por sectores con un alto valor añadido si  quiere seguir siendo unas de las 15 economías más importantes del mundo ya que actualmente, y como veremos en el futuro, la brecha entre la preparación de los españoles y los requisitos de los puestos de trabajo disponibles cada vez es mayor.

Leave a Reply