Gibraltar,
territorio de ultramar de Reino Unido, ha sido tradicionalmente una zona de
tensiones geopolíticas entre el gobierno de Reino Unido y España por el reclamo
de su soberanía. Situado estratégicamente como puerta de acceso al mediterráneo
y puente de conexión a África, representa un foco de atención para grandes
entidades financieras.
A principios de los
años 90 Gibraltar desarrolló su propia legislación fiscal que provocó una gran
atracción de empresas por sus ventajosas condiciones fiscales. Ser convirtió
así en un centro financiero offshore (territorio con un número muy elevado de instituciones
financieras enfocadas principalmente en negocios con no-residentes).
En el año 2000 la
OCDE le incluyó en la lista de paraísos fiscales. Dos años más tarde, la
colonia británica empieza a colaborar con los estados miembros la OCDE con
intercambio de información fiscal y aumento de transparencia de su sistema
regulatorio.
Finalmente en 2010
abandona la lista de paraísos fiscales
con la publicación de la Income Tax Act con la que se compromete a fijar un impuesto
de sociedades del 10% (hasta entonces las instituciones financieras estaban
exentas de pagar impuestos), a adoptar
medidas para evitar la evasión de impuestos y establecimiento de penas legales
y financieras para garantizar el pago de las tasas.
Desde 2011 es
reconocido como centro financiero onshore, es decir, en igualdad fiscal con
otros centros de servicios financieros de Europa.
El Peñón cuenta con
29.000 habitantes y su economía se encuentra en crecimiento pese a la crisis
económica global. El número de empresas establecidas es de 28.000, casi 1 por
habitante, lo que demuestra la gran atracción que supone para compañías
extranjeras.
Entre el 25%-30% de
su PIB proviene de los servicios financieros; economía diversificada si se
compara con otros territorios dependientes de la corona británica como Isla de
Man o Guernsey donde el peso es del 55% y 60% respectivamente.
El ejercicio de
transparencia fiscal y lucha contra la evasión de impuestos puesto en marcha
hace dos años está empezando a notarse en el sector. A continuación se muestra un gráfico con la
evolución del valor de los balances en las entidades financieras:
Como vemos, a
partir de 2010 el valor de activos y pasivos de las empresas se ha reducido notablemente,
pese a tener un de los tipos impositivos más bajos de Europa. ¿Significa que ha habido huida de capitales a otros
paraísos fiscales? ¿Saldrá beneficiada Gibraltar a largo plazo con esta
decisión?
Uno de los mayores
retos que se le presenta en el futuro es saber potenciar su centro financiero
onshore y diversificar su economía para que empresas extranjeras encuentren
razones, a parte de las fiscales, para invertir y realizar sus operaciones
desde ahí.
Con esta decisión,
ha dado un paso adelante para integrar su pequeña economía dentro de los países
de la OCDE. A partir de ahora abre la puerta a muchos países, antes recelosos
de su opacidad fiscal, a iniciar nuevas
relaciones comerciales. Es hora que nuestro vecino empiece a generar riqueza
dentro de la ley.
Uno de los negocios
que ha emergido con fuerza en los últimos años ha sido de de los casinos
online. Las principales empresas del sector tienen sede fiscal en paraísos
fiscales, como por ejemplo Pokerstars en Isla de Man. En Gibraltar hay
numerosas empresas del sector establecidas
y puede ser una buena oportunidad para atraer a más compañías si logran
conservar unos tipos impositivos bajos, con un seguimiento riguroso de las
operaciones que eviten el blanqueo de capitales y el fraude fiscal.